29 jul 2012

Y pensar que sólo asomaba un gris claro, pensar que ya no existe más, sólo vive en mi mente recóndita de cosas que se fueron más allá del segundo plano. Nunca se imaginaría que una lluvia vendría y condenaría a muerte todo ese dolor que a mi alguna vez me condenó, me mantuvo presa y estática sin ninguna forma de poder pensar esto otra vez, la segunda vez necesaria, la que haría que no me equivocara. Pero una chispa se apagó, todas se apagaron, pues vino la lluvia y las apagó, sí, las apagó. Llegaron tus ojos deseosos, contentos y mojaron todo, estuvieron ahí para mi, tan claros y solos, estuvieron conmigo en otro lugar, antes que este, antes que el anterior a este, mucho antes, mi amor.