26 dic 2011

Las escenas mantenían vividez, pero estaban barajadas en cualquier orden.
Just don't leave.
Dame tiempo y dame un beso.
¿Sabés qué, mi amor? Descubrí que el vacío ocupa un lugar en el espacio.
Esos ojos cansados,
te miran y no se quieren soltar.
Esos ojos cansados,
que te miran y no quieren ver más.
Esperan el momento inoportuno,
para terminar en medio del mar.
¿No es acaso tu brillo el pensar del pensamiento?
Esta histeria no me deja dormir, sigue repitiendo las palabras que acabo de decir. Basta, mi risa se abruma con mis pensamientos. Aún suena una voz atrás mío sigue repitiendo que yo no siento, te juro que no siento.
No volvi a sentir en cuanto que te vi desde el vacío tirarte. Sin mirar, fuiste corriendo y te tiraste, no sé como pudiste, tampoco sé como pude seguirte. Aunque vos estabas más lejos de mi que yo del precipio.
La desesperación sacude un cuerpo nervioso, sentimental se mueve sin razón. Unos ojos fuertes sostenían todo el peso de los dos... Llevaban latidos ubicados más allá de la cruda existencialidad, miraban tranquilos la felicidad que reinaba, mientras, los impulsos aunmentaban al paso de cada segundo.
Un triste sentimiento analizaba colores, divisando el exterior, no podía ver nada en esa oscura habitación. Ellos dos emanaban una luz, sensacional a pesar de lo que en realidad sucedía. Una enfermedad, algo tan contagioso como el dolor. No podían más.
Él acaricia su rostro, la besa, se levanta, la mira de nuevo, una pálida figura yacente amortajada, da unos pasos y por fin se va... La deja infeliz soportando el peso de los dos.

20 dic 2011

Fui un idiota.Un insignificante real vale más que un enorme inexistente. Podría afirmar que fui un idota, pero es que caí en un vacío del que aún no iba a poder salir, muchas ramas se veían venir para sostener todo aquello que sin duda su camino iba a seguir. Ninguno valió más que el hermoso brillo de sus ojos frescos, ninguno significaría más que su mano en mi rostro, ninguno significaría más que sus hombros donde apoyarme. Tal vez ninguno vuelva a significar tanto.
Pero la única vez que me miró sin parpadear, se dio cuenta de lo que sucedía en realidad. Adolorido sin poder hablar se encontraba, sumiso sentado en su balcón ; cayó su visión utópica de mi. Con fuerza me miró, se dio la vuelta y se fue, me cubrí la cara con las manos y lloré.