20 dic 2011

Fui un idiota.Un insignificante real vale más que un enorme inexistente. Podría afirmar que fui un idota, pero es que caí en un vacío del que aún no iba a poder salir, muchas ramas se veían venir para sostener todo aquello que sin duda su camino iba a seguir. Ninguno valió más que el hermoso brillo de sus ojos frescos, ninguno significaría más que su mano en mi rostro, ninguno significaría más que sus hombros donde apoyarme. Tal vez ninguno vuelva a significar tanto.
Pero la única vez que me miró sin parpadear, se dio cuenta de lo que sucedía en realidad. Adolorido sin poder hablar se encontraba, sumiso sentado en su balcón ; cayó su visión utópica de mi. Con fuerza me miró, se dio la vuelta y se fue, me cubrí la cara con las manos y lloré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario